Crecí con la siguiente concepción de la democracia: unos señores compiten por ver cuál de ellos tiene más votos. El que obtiene más votos llega a ser mandatario de todo el país. Es obvio que no todo el país votó por él, pero el sistema de mayorías impera y el que saque más de la mitad de los votos será el gobernante. (Seguir leyendo)
Son hechos menores, dirán algunos. Y sí, es factible que así sea. Pero por menores, no son insignificantes. Son, a mi juicio, una muestra de lo que está mal.
Tanto como cuando al paciente le sacan unas pocas gotas de sangre para analizar sus padecimientos, son los episodios que quiero relatar acá y que me permiten diagnosticar que estamos ad portas de la anarquía. El caso del vigilante en Transmilenio, en Bogotá, es el más pavoroso. (Seguir leyendo)